jueves, 17 de febrero de 2011

En paz



¿Cuán poderoso es un hombre? No importa, ante lo inconmensurable del tiempo y del olvido, ante el juicio de las cresas, de su propia ruina, nadie lo recordará. Sólo debo esforzarme para que mi propio aliento vuelva hacia aquel que lo dio, que mi propia memoria vaya a aquel que no es capaz de olvidar, donde nada se corrompe, donde el ladrón no entrará por fuerza ni en medio del sueño. Dormiré tranquilo, cuando sea capaz de entender por qué se me ha dado este cielo, y pueda decir, ¡he hecho lo que debía de haber hecho! ¡No me olvides! Estamos en paz, estamos en paz, sé que la eternidad existe, tan profunda y real como la muerte, tan imperecedero como el amor...Dios, estamos en paz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario